lunes, 18 de noviembre de 2013

OTRO GRITO DESESPERADO, con un dejo de esperanza... Y un llamado masivo A LA ACCIÓN!


ACUSO!

“J’accuse”, dijo Zola, cuando el caso Dreyfus, hace por lo menos un siglo.
ACUSO!, digo ahora, asumiendo el riesgo de ser vetado por algunos o todos los que siguen.
Acuso a quienes, como el Festival Iberoamericano de Teatro, no paga sus deudas y  no hay cómo quejarse;
Acuso a quienes, como canales y productoras, con la excusa de un mísero papel (aunque el requisito exigido se haya cumplido!), no permiten cobrar lo que ya se ha causado y ganado;
Acuso a quienes, bajo el pretexto de “requisitos de la empresa”, y con la excusa de la falta de confianza, nos ofenden tratándonos como estafadores y mentirosos, cuando, por el contrario, nos exigen confianza total y empezar a trabajar sin garantía diferente a un llamado y un libreto; Y por supuesto, les creemos y les cumplimos;
Acuso a un país que legisla para y por la corrupción, a costa de los honestos que por honestos, no se saben los trucos para mimetizarse y delinquir en los vericuetos y laberintos de la “ley”.
Acuso a la mafia de la Seguridad Social (Salud, Pensiones, Riesgos Laborales y demás) con sus leyes, normas y códigos, -los hijos bastardos de intereses exclusiva y mezquinamente monetarios-, que -para empezar- no cumplen sus deberes en atención en salud, y además hacen imposible, o por lo menos doloroso, ejercer como independiente honesto, obligando a papeleos y torturas burocráticas diseñados para fomentar la trampa y ocultar los peculados, estimular las mordidas entre los urgidos, y desmotivar el emprendimiento;
Y acuso, finalmente y como síntesis de todo lo anterior, a corporaciones, comercio, industria, servicios, gobierno, bancos, al “sistema” (¿o debería decir, en aras de la verdad, “a todo el mundo”?) por estar drogados por el miserable paradigma de vivir, trabajar y/o servir exclusivamente por dinero, olvidando nada menos que a sus congéneres humanos, los valores de su actividad profesional, su propia dignidad y capacidad cierta de realización.

Y Me Acuso –y me declaro culpable- de cobarde, flojo, pusilánime, egoísta y perezoso, pues apenas ahora reacciono, y no propongo aún soluciones.

Pero invito a quienes perciben el mismo olor a podrido, a quienes sienten la misma impotencia, a las víctimas de los inventos de un falso progreso y una presunta evolución, a pensar … Desapasionadamente, ahora…  A imaginar un escenario plausible en donde el hombre, -el colombiano, fundamentalmente-, pueda soñar con ser de veras feliz, esencialmente feliz, duradera, racional, y profundamente feliz.

Ya sabemos qué está mal, o por lo menos lo presentimos. Digamos, de manera presuntuosa, que ya me quejé por todos.

Ahora seamos proactivos y creativos, optimistas, casi “utopistas”, generosos, misericordiosos, piadosos y empáticos… Y los invito a proponer, partiendo de esa base, sin rencores ni deseos mezquinos, posibles y realistas (y no tan realistas) soluciones. No teman exagerar, pues es de los sueños imposibles que han surgido realidades trascendentales.

Advierto que rechazaré y no publicaré las colaboraciones que a mi “dictatorial” criterio, no cumplan estos requisitos.

Estoy abriendo una muy seria “convocatoria”. Pretendo montar una especie de “gabinete paralelo”, y para cada Ministerio, con la ayuda de los que se comprometan, un programa  de gestión. Incluso podríamos llegar a crear, fusionar, eliminar Ministerios, según nos parezca más eficiente, lógico y productivo.

Criterios generales?

Eficiencia, proyección esencialmente social, (no confundir ni “catalogar” ideológicamente con tendencias existentes, partidos, o “caciques” nacionales o extranjeros), prioridad en Educación, el Campo, Medio Ambiente, Derechos Humanos.

Respeto el derecho a enriquecerse legalmente “hasta que la boca le sepa a oro”, pero no la irresponsabilidad social ni la falta de solidaridad humana. (No entro aún en detalles, o  no acabo nunca).

Considero un delito estatal de lesa humanidad que la Educación no sea Obligatoria y Gratuita hasta el final del bachillerato (secundaria). Considero delincuentes a los padres que, una vez lo anterior sea un hecho, no se responsabilicen por la formación de sus hijos.

Considero un descaro inmoral que las entidades financieras se enorgullezcan de sus utilidades a costa del ahorcamiento crediticio de sus clientes-esclavos-usuarios.

Y en la medida en que se me vayan ocurriendo (o me recuerden y/o planteen) más razones de “indignación”, las iré publicando.

Basta por hoy.

Gracias por su atención y paciencia.

1 comentario:

  1. Acuso a las instituciones educativas privadas de este país, como la "Pontificia Universidad Javeriana" y la "Universidad de los Andes" por darle la espalda al mayor porcentaje del pueblo colombiano, elevando cada vez más sus matrículas, sin nivelar el peso de la balanza con un buen sistema de becas. Es un despilfarro de vanidad y egoísmo que el fondo para becas (en el caso particular de la Javeriana) dependa únicamente de los servicios de alimentación, que a demás tienen que autosostenerse, sin ningún tipo de apoyo por parte de la Universidad. No me parece que esta actitud sea muy coherente con los ideales jesuitas, social y pedagógicamente hablando. Naturalmente denuncio y acuso también al hp gobierno por estar permitiendo la decadencia de la que, hasta hace no mucho, fue de las mejores universidades públicas de latinoamérica: La Universidad Nacional de Colombia (sede Bogotá). Qué tristeza la educación de este país. Qué tristeza que algunos gobernantes elijan embrutecer al pueblo para poder pasar por encima de él de forma descarada y sangrienta. Qué triste, país... Qué triste.

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